El 80% de los edificios en España son energéticamente ineficientes

De acuerdo con los datos que se recogen en el Informe País Green Building Council España (GBCe) elaborado por el Consejo para la Edificación Sostenible en España (GBCe), el 82% del parque edificado de España consume más recursos de los necesarios para alcanzar unos niveles óptimos de confort y servicio. Esto significa que cuatro de cada cinco edificios de nuestro país son ineficientes energéticamente.

De los más de 4,5 millones de edificios que cuentan en España con Certificación de Eficiencia Energética (CEE), tan solo 13.000 cuentan con una letra A o certificación energética de máxima eficiencia. Las comunidades autónomas con un mayor porcentaje de edificios con la máxima calificación en su CEE son Canarias, Castilla y León, Asturias, La Rioja, Galicia, Baleares y Navarra. Por el contrario, las zonas con el porcentaje más alto de edificios muy poco eficientes en su parque edificado (con calificación E, F y G de CEE) son País Vasco, Canarias, Baleares, Murcia, Valencia y Cantabria, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

40.000 millones en diez años para acabar con la ineficiencia energética

El sector de la edificación es responsable en España del 30,1% del consumo de energía final y del 25,1% de las emisiones de carbono a la atmósfera. Y tal y como se recoge en la Hoja de ruta del proyecto Building Life, el 8,2% de esas emisiones están directamente asociadas al consumo de combustible en el sector residencial, comercial e institucional.

Según Dolores Huerta, directora general del GBCe, en España “hay 26 millones de viviendas construidas antes de 2007 y la mitad del parque se construyó antes de 1980 sin normativa de eficiencia energética”. Teniendo en cuenta los datos de eficiencia energética de los edificios mencionados anteriormente, esto significaría, según Huerta, que España “necesita multiplicar por diez su ritmo anual de rehabilitación de viviendas para cumplir su compromiso de cero emisiones en 2050. Una rehabilitación en profundidad, además de mejorar el comportamiento energético, facilita la adaptación del edificio a un escenario climático que, con toda certeza, va a ser más severo que el que hasta ahora ha sido considerado habitual”.

En este contexto, en el que ocho de cada diez viviendas cuentan con una certificación energética E, F o G, España necesitaría invertir 40.000 millones de euros durante los próximos diez años para acabar con la ineficiencia de su envejecido parque edificado, según Greenward Partners.

Tan solo 13.000 edificios con certificación energética A

En España existen 4,5 millones de edificios que cuentan con Certificación de Eficiencia Energética (CEE), y de ellos solamente 13.000 “cuentan con una letra A o certificación energética de máxima eficiencia”, según Yolanda Rey, responsable de Certificación de VERDE de GBCe.

La exigencia de contar con una CEE para todas aquellas viviendas que se pongan en el mercado a la venta o en alquiler ha ayudado a incrementar el número de edificios que tienen este documento, que evalúa su eficiencia analizando sus emisiones de CO2 y su consumo energético en una escala que va de la A (más eficiente) a la G (menos eficiente).

La base de datos resultante de las viviendas con CEE ha sacado a la luz el ámbito geográfico en el que se encuentra el porcentaje de edificios más y menos eficientes. Así, las comunidades autónomas con el mayor porcentaje de edificios con la máxima calificación (letra A) son Canarias (1,27%), Castilla y León (1,21%), Asturias (0,59%), La Rioja (0,49%), Galicia (0,47%), Baleares (0,33%) y Navarra (0,31%). Todas ellas por encima de la media nacional, que es del 0,29% del total. Mientras que las regiones que cuentan con un menor porcentaje de edificios con una calificación A de emisiones son Murcia (0,05%), Valencia (0,13%), Extremadura (0,14%) y el País Vasco (0,17%).

Por el lado contrario, aquellas autonomías con mayor porcentaje de edificios muy poco eficientes (con una calificación E, F y G) en el total de su parque edificado son el País Vasco (86,52%), Canarias (85,48%), Baleares (84,89%), Murcia (83,84%), Valencia (83,08%) y Cantabria (82,25%). Todas por encima de la media del conjunto del país que es del 82%, y en las que ocho de cada diez edificios consumen más recursos de los necesarios para alcanzar unos niveles óptimos de servicio y confort.

Las comunidades autónomas con un menor porcentaje de edificios con calificación E, F y G, aunque no por ello con cifras significativamente elevadas, son Navarra (72,64%), Castilla y León (76,09%), La Rioja (76,43%), Madrid (77,15%), Galicia (78,66%) y Andalucía (78,68%).

Ahorrar agua es otro objetivo de la rehabilitación

Julia Manzano, experta de GBCe y una de las impulsoras del estudio EU Taxonomy Study: Evaluating the market-readiness of the EU taxonomy criteria for buildings, apunta que “una actividad es ambientalmente sostenible cuando aporta de forma significativa en al menos uno de los seis objetivos perseguidos y no perjudica a los otros cinco: la mitigación del cambio climático, la adaptación al cambio climático, los ecosistemas, la economía circular, la contaminación y el agua”.

Precisamente, la rehabilitación puede tener también un papel muy importante en una gestión sostenible del agua que permita reducir el gasto por persona y así cumplir uno de esos objetivos indicados. Según la estimación elaborada por el GBCe a través de su sistema de certificación de sostenibilidad VERDE, un edificio rehabilitado ahorra entre un 30 y un 40% de agua.

“Rehabilitar un edificio mejorando la eficiencia de las griferías y de los aparatos sanitarios, captar el agua de la lluvia para utilizarla en el riego y el inodoro o facilitar los procesos de depuración, separando las calidades de las aguas para sus usos, son acciones imprescindibles y eficaces para reducir la demanda”, explica Bruno Sauer, director General de GBCe.

El agua dulce es un recurso limitado, escaso y cuya demanda se prevé que aumente globalmente hasta un 55% de aquí a 2050, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Debemos tener en cuenta, señala Bruno Sauer, que “el 97% del agua del planeta es salada y el 70% del agua dulce está congelada en glaciares que, como consecuencia del calentamiento global, se están derritiendo y vertiendo al mar”.