Mejorar la eficiencia energética aumenta el valor de la vivienda

A la hora de realizar una labor comercial con tus potenciales clientes, no cabe duda de que hablar de sostenibilidad, eficiencia, ahorro y de la posibilidad de acceder a ayudas y subvenciones son argumentos muy válidos para convencerles sobre los beneficios que conlleva la renovación de sus sistemas de calefacción y climatización.

En este blog, hoy te queremos aportar una más: el incremento del valor de la vivienda si se acometen mejoras que favorezcan la eficiencia energética del inmueble. El estudio Eficiencia Energética y su impacto en la vivienda, elaborado por Balantia y Colliers, ha analizado miles de operaciones de compraventa y alquiler realizadas en Madrid y Barcelona, su certificación energética y el impacto positivo que una inversión destinada a la mejora de la eficiencia energética ha tenido en el precio de venta y alquiler de esas viviendas, así como del retorno económico de esa inversión. ¿En cuánto se incrementa el precio de venta y alquiler? ¿Qué soluciones son las que permiten alcanzar esas mejoras en la certificación energética? Te lo contamos para que se lo puedas trasladar a tus clientes.

Ventajas para inquilinos, propietarios e inversores

Debemos tener en cuenta que una mejora de la eficiencia energética de una vivienda no solo representa un compromiso de sostenibilidad y de responsabilidad ambiental, sino que también aporta, tal como señala el estudio, “una ventaja competitiva en el mercado inmobiliario y también ventajas económicas tanto para el propietario como para el inquilino. En el caso del propietario, no solo se verá beneficiado directamente de los ahorros generados al disminuir el consumo energético y podrá acceder a subvenciones y bonificaciones en impuestos, sino que en el caso de querer vender o alquilar la vivienda podrá hacerlo a precios superiores a otras viviendas similares con peor calificación energética. Por su parte, el inquilino se podrá beneficiar de un menor gasto al ser menor el consumo energético en calefacción y ACS. Un punto que condiciona cada vez en mayor medida la elección de una vivienda u otra”.

El informe también pone el foco en el lado del inversor, ya que “cada vez más, instituciones, empresas, aseguradoras y fondos de inversión condicionan la compra de activos inmobiliarios a su eficiencia energética, mientras que en el caso de entidades financieras lo tienen en cuenta a la hora de fijar las condiciones de financiación de los préstamos. El cumplimiento de criterios de sostenibilidad y eficiencia energética es una tendencia creciente, y se está imponiendo como una obligación para poder llevar a cabo operaciones de inversión”.

Inversión y ahorro

El estudio de Balantia y Colliers se centra en el análisis de una amplia muestra de precios de oferta de pisos en venta y en alquiler en los municipios de Madrid y Barcelona, teniendo en cuenta su correspondiente calificación energética y con un rango de superficies similares.

Para establecer la certificación energética de una vivienda se valora la demanda de calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria (ACS). Y para mejorar ese certificado es necesario reducir la demanda de fuentes de energía no renovables, a través de una mejora de la envolvente (insuflado o SATE) y de las instalaciones (implementación de aerotermia para ACS y/o calefacción y termo atmosférico para ACS).

Con estas premisas, se ha valorado el impacto de la realización de inversiones en eficiencia energética acorde con la letra de su certificado energético (siendo la G la menos eficiente y la A la más eficiente, según emisiones y consumos, zona climática en la que esté ubicado el inmueble y su tipología) y cuantificado el aumento del precio (tanto de venta como de alquiler) de inmuebles similares en zonas homogéneas en base a su calificación energética según esa inversión. De este modo, el estudio concluye cuál es la inversión y el salto de letra óptimos para maximizar el precio.

Para valorar esa inversión, el informe pone como ejemplo la de una vivienda con 90 metros cuadrados de superficie y el objetivo de pasar de una calificación E a una D. En este caso, la inversión necesaria sería de 19,07 euros/metro cuadrado en caso de utilizar aerotermia ACS, de 20,13 euros/metro cuadrado en caso de un insuflado para la envolvente y se incluya un termo atmosférico y de 24,31 euros/metro cuadrado en caso de mejorar la envolvente con SATE.

En cuanto al ahorro económico se conseguiría en una vivienda de esas características pasar de una etiqueta E a una D sería en Madrid de 1.247 euros anuales, frente a los 1.119 euros/año de Barcelona; de una etiqueta E a una C, supondría un ahorro de 1.661 euros anuales en Madrid y de 1.477 euros/año en Barcelona; mientras que pasar de la etiqueta E a la B alcanzaría los 1.946 euros anuales en Madrid frente a 1.723 euros/año en Barcelona.

Incremento del precio de venta y de alquiler

En sus conclusiones, el informe resume cuál sería la mejora tanto en el precio de venta como en el precio del alquiler para una vivienda tipo como la que venimos hablando en Madrid y Barcelona.

Así, una mejora en dos escalones en la calificación energética supondría un aumento medio del 10% en el precio de venta, con un incremento medio para los inmuebles del centro de Madrid y Barcelona de 450 y 425 euros el metro cuadrado, respectivamente. En la zona sur y este de Madrid y en la periferia de Barcelona, ese incremento medio oscilaría entre 100 y 300 euros el metro cuadrado.

En cuanto al precio del alquiler, la mejora en dos escalones en el CEE produciría un aumento medio de entre el 9,5 y el 11%, con un incremento medio para Madrid y Barcelona centro de entre 1,3 y 1,6 euros el metro cuadrado al mes. En la zona sur y este de Madrid y en la periferia de Barcelona, el aumento medio oscilaría entre 0,5 y 1,3 euros el metro cuadrado al mes. Teniendo en cuenta que las mejores ratios se obtienen al pasar de la etiqueta E a la D y C, y de la D a la C, con rentabilidades entre el 15% y el 35%.

Vistos estos resultados, el informe concluye afirmando que “la mejora de la eficiencia energética de las viviendas no sólo representa un compromiso de sostenibilidad y de responsabilidad medioambiental, sino que también aporta una ventaja competitiva en el mercado inmobiliario. En más de 3.750.000 de viviendas del mercado de alquiler en España, la inversión en mejora de la eficiencia energética tendría una rentabilidad superior al 25% y se amortizaría en un plazo inferior a 4 años”.

Las reformas buscan la sostenibilidad

La mayoría de las personas que prevén reformar su vivienda tienen en cuenta criterios de sostenibilidad a la hora de acometerla. Según revela el informe «La sostenibilidad en la demanda de vivienda», realizado recientemente por Fotocasa y Solvia, “del 48% de los españoles que busca comprar una vivienda de segunda mano, 9 de cada 10 destinará parte de su inversión a la reforma del inmueble y, de estos, el 82% tendrá en cuenta criterios de sostenibilidad, considerando aspectos como sacar el máximo provecho de la luz o el agua para reducir el consumo energético (71,2%); dotar a la vivienda con electrodomésticos eficientes (62%); o utilizar fuentes de energía renovables (59,4%) y optar por un sistema de ventilación para evitar la estanqueidad del aire.

Y para ello, priorizarían la inversión en:

– Mejorar el aislamiento de las ventanas (50,9%).

– Actualizar muebles y electrodomésticos de la cocina (44%).

– Mejorar el aislamiento térmico de paredes y techos (44%).

– Cambio de caldera por una más eficiente (42,8%).

– Reformar el baño (40,8%).

– Un aparato de aire acondicionado más eficiente (35,3%).

“La eficiencia energética -apunta María Matos, directora de Estudios y Portavoz de Fotocasa- se ha convertido en la segunda razón por la que los demandantes de vivienda optan por comprar en el mercado de obra nueva. En la actualidad, los españoles valoran tener una casa energéticamente eficiente para ahorrar en su consumo de energía y reducir así la factura de los suministros”.

Impulso a la rehabilitación y la mejora de viviendas

Hace escasos días, el Senado aprobó de manera definitiva el proyecto de Ley de medidas urgentes para impulsar la actividad de rehabilitación edificatoria residencial en el contexto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), lo que facilitará la aplicación de los programas de ayuda gestionados por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) y financiados con cargo a los fondos Next Generation recogidos y regulados en el Real Decreto 853/2021, de 5 de octubre.

Esas ayudas se articulan en seis programas, de los que los más relevantes de cara a la rehabilitación son el 1, 3 y 4:

  1. Programa de ayuda a las actuaciones de rehabilitación a nivel de barrio.
  2. Programa de ayuda a las actuaciones de rehabilitación a nivel de edificio.
  3. Programa de fomento de la mejora de la eficiencia energética de viviendas.

Lo más novedoso se centra en las medidas en materia de fiscalidad que recoge el Real Decreto Ley 19/2021, de 6 de octubre, donde destacan las deducciones en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) o el Impuesto de Sociedades (IS) por obras de mejora de la eficiencia energética en viviendas y edificios residenciales, para cuya financiación se ha habilitado una partida de 450 millones del PRTR.

En viviendas:

– Deducción de un 20% sobre la cuantía no subvencionada en el IRPF o IS, con un máximo de 5.000 euros anuales, si las obras reducen un 7% la demanda de calefacción y refrigeración.

– Deducción de un 40% sobre la cuantía no subvencionada en el IRPF o IS, con un máximo de 7.500 euros anuales, si se reduce en un 30% el consumo de energía primaria no renovable o se mejora el certificado de eficiencia energética a letras A o B.

En edificios:

– Deducción de un 60% sobre la cuantía no subvencionada en el IRPF o IS, con un máximo de 15.000 euros anuales, si se reduce en un 30% el consumo de energía primaria no renovable o se mejora el certificado de eficiencia energética a letras A o B.

En el ámbito de la financiación, el proyecto de ley aprueba la creación de una línea de avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) de hasta 1.100 millones de euros, para la cobertura parcial por cuenta del Estado de la financiación de obras de rehabilitación de edificios residenciales que contribuyan a la mejora de la eficiencia energética.