El reto de encontrar instaladores profesionales

Faltan instaladores profesionales. Gran parte de las empresas instaladoras encuentran dificultades a la hora de encontrar profesionales para cubrir sus necesidades. Y no es que sea una circunstancia nueva o puntual, sino que ya viene ocurriendo de forma recurrente en los últimos años. El enfoque de los estudios de Formación Profesional, el escaso interés por la profesión que manifiestan los jóvenes y la propia demanda son algunos de los factores que influyen en la dificultad para encontrar profesionales en el mercado de trabajo.

Una situación que se verá agravada si no se actúa en la búsqueda de soluciones. Y más cuando nos encontramos en un momento en el que se vislumbra una década con mucho trabajo para los instaladores profesionales. El sector es consciente de ello y así se puso de manifiesto en el último Congreso CONAIF (celebrado a principios del mes de octubre en Sevilla), donde, en opinión de algunos ponentes (aunque es una opinión generalizada) indicaron que los instaladores profesionales “van a tener una próxima década de mucho trabajo, mayor del que podrían atender”.

Algunas instituciones públicas y asociaciones del sector, ya se han puesto manos a la obra. Es el caso de Instagi en Gipuzkoa o de FEGiCAT, PIMEC y la Generalitat de Cataluña, quienes han firmado recientemente un convenio de colaboración con el fin de solventar la falta de profesionales en el sector energético.

Más trabajo del que puedan absorber

El 6 y el 7 de octubre se celebró en Sevilla la trigésimo segunda edición del Congreso CONAIF, en el que se dieron cita casi 400 profesionales. Una cita en la que se abordaron los principales retos que deberá afrontar el sector instalador en los próximos años. Entre ellos, los precios de las materias primas, la proyección del autoconsumo, la importancia de la apuesta por aspectos clave como la diversificación de la actividad o la fidelización de los clientes o las oportunidades de negocio que se abrirán para los instaladores en la próxima década.

Sobre este último punto, el economista Gonzalo Bernardos -uno de los ponentes del congreso- afirmó que la próxima década se presenta como un periodo en el que los instaladores “tendrán más trabajo del que puedan absorber”. Aunque reconoció que la demanda es posible que “baje un poco en 2023”, Bernardos basó su argumentación en varios puntos, como que el número de personas que no quiere arreglar nada en casa ha aumentado, la necesidad de la rehabilitación del parque edificios en España, una demanda cada vez más integral por parte del cliente o el papel de los profesionales en la transición energética. Sin olvidar los fondos europeos, que “aunque actualmente no se perciben por el problema estructural de la lentitud de la Administración, terminarán llegando, y una parte muy sustancial se va a destinar a la eficiencia energética”.

Una perspectiva positiva que para poder afrontarla de forma adecuada los profesionales “necesitarán más formación técnica y comercial, así como diferenciarse mediante la fiabilidad y el trabajo bien hecho”. Reforzando de forma especial dos procesos: la diversificación de la actividad y la fidelización de los clientes. Un aspecto este último que será, en opinión de Bernardos, “una de las estrategias clave, ya que el reto será cómo hacer frente a tanto trabajo”.

La escasez de mano de obra cualificada se ha convertido en un problema estructural. ¿Cuál es la solución? En este caso, hay un amplio consenso: la formación. Clic para tuitear

Encontrar profesionales

Para hacer frente a esa demanda, uno de los puntos clave es encontrar profesionales. Pero ¿por qué es difícil encontrarlos? Algunas empresas instaladoras señalan aspectos como la falta de personal cualificado (a tareas más especializadas, más complicado encontrar mano de obra), la retención del talento o la falta de experiencia en campos como el mantenimiento industrial e instalaciones de todo tipo, especialmente las relacionadas con los nuevos sistemas domóticos, la instalación de soluciones de autoconsumo o las de recarga del vehículo eléctrico.

La dificultad para encontrar esta mano de obra cualificada trae como consecuencia una limitación para el crecimiento de las empresas instaladoras, restringiendo la posibilidad de crear estructuras más sólidas y eficientes. Y también, merma la calidad de los servicios, provocando retrasos y desajustes en los que el cliente se ve afectado, con lo que ello conlleva para su fidelización.

Más formación

La escasez de mano de obra cualificada se ha convertido en un problema estructural. ¿Cuál es la solución? En este caso, hay un amplio consenso: la formación. Se necesita un compromiso conjunto de las administraciones, organizaciones empresariales y centros de formación.

Y en afrontar este compromiso se enmarca el acuerdo firmado recientemente entre la Generalitat de Cataluña, FEGiCAT y PIMEC. Una alianza que tiene como objetivos mitigar la carencia de profesionales en el sector energético y mejorar la competitividad de las empresas, ajustando la oferta a la demanda actual.

Las tres entidades se han comprometido a coordinar acciones de formación y a mejorar la cualificación de los profesionales tanto a nivel general como de los colectivos que presentan mayores dificultades de inserción. Asimismo, llevarán a cabo iniciativas que contribuyan a aumentar la competitividad de las empresas energéticas.

En este sentido, FEGiCAT propondrá acciones para favorecer la contratación de perfiles del sector energético, con especial atención en aquellas personas que están a punto de finalizar su formación en el ámbito de las instalaciones, además de desarrollar itinerarios formativos para potenciar su inserción laboral. “Las empresas instaladoras -afirma Jaume Alcaide, presidente de FEGiCAT- están en disposición de contratar, de forma inmediata, a 18.000 trabajadores. Además, los objetivos del plan PROENCAT nos obligarán a incorporar al mercado laboral a 6.000 profesionales al año hasta 2050”.

Por su parte, el departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat de Cataluña, a través del Servicio de Ocupación Pública de Cataluña (SOC) y del Consorcio para la Formación Continua de Cataluña (CFCC), ofrecerá su apoyo en los procesos de selección, así como en la creación y promoción de espacios de formación.

Por último, PIMEC, en colaboración con el SOC y CFCC, facilitará toda la información sectorial significativa y participará en diferentes comisiones de trabajo ligadas a esta alianza.