La calidad de aire interior (CAI): un factor clave para la salud y el bienestar

La calidad del aire interior (CAI) es un aspecto fundamental pero a menudo pasado por alto en nuestras vidas diarias. Permanecemos la mayor parte de nuestro tiempo en interiores, ya sea en casa o en el trabajo; y no tenemos en cuenta que el aire que respiramos en estos entornos puede influir en nuestra salud de manera significativa, desde causar irritación en las vías respiratorias hasta desencadenar problemas respiratorios crónicos.

Por eso, es esencial comprender qué es la CAI y cómo se mide para tomar medidas efectivas para mejorarla y garantizar entornos interiores seguros y saludables para todos.

¿Qué es la calidad del aire interior (CAI)?

En el año 2017, la Agencia Europea de Medio Ambiente determinó un nuevo índice de calidad del aire para que toda persona pudiera medir y comprobar la calidad del aire en cualquier lugar de Europa.

La calidad del aire interior (CAI) se refiere a la calidad del aire dentro y alrededor de los edificios y estructuras. Este concepto abarca una serie de factores, incluidos los niveles de contaminantes, la humedad, la temperatura y la ventilación adecuada.

Se mide en una escala desde 0 y >500 y se establecen seis tramos de peligrosidad; por tanto, cuanto mayor sea el índice, peor será la calidad del aire.

La CAI se ve influenciada por una variedad de factores, como la ventilación, la presencia de contaminantes en el aire y la humedad.

Según el Plan Nacional de Salud y Medioambiente 2022-2026, “una mala calidad del aire en interior (CAI) provoca numerosas enfermedades: respiratorias, infeccionas, alérgicas, asma e incluso cáncer. Son numerosos los factores químicos como físicos (ruido, iluminación, confort térmico, humedad) y biológicos (microbios, virus y alérgenos) que influyen en la salud de los ocupantes de los edificios”.

Cómo se mide la calidad del aire interior

La calidad del aire interior se mide utilizando una combinación de dispositivos de análisis. Los parámetros comúnmente medidos incluyen:

  • La concentración de dióxido de carbono (CO2).
  • Compuestos orgánicos volátiles (COVs).
  • Partículas suspendidas en el aire (PM2.5 y PM10).
  • Humedad relativa.
  • Temperatura.

Estándares de calidad del aire interior

Los estándares que miden la calidad del aire interior (CAI) son herramientas fundamentales para evaluar y garantizar que los entornos interiores sean saludables y seguros para sus ocupantes.

Estos estándares proporcionan pautas y límites para varios contaminantes del aire interior, así como recomendaciones sobre prácticas de ventilación, control de la humedad y otras medidas para mejorar la calidad del aire.

En nuestro país, la regulación de la calidad del aire interior en edificios se aborda principalmente a través de dos marcos normativos importantes: el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) y la Sección 3 del Documento Básico de Salubridad del Código Técnico de la Edificación (CTE DB HS3).

El RITE establece los requisitos técnicos y las condiciones mínimas que deben cumplir las instalaciones térmicas en los edificios. Si bien su enfoque principal está en la eficiencia energética y el confort térmico, también aborda aspectos relacionados con la calidad del aire interior.

Así, el RITE establece requisitos específicos para sistemas de ventilación y calidad del aire en edificios, incluyendo parámetros como tasas mínimas de ventilación, la prevención de la contaminación del aire y la gestión del aire exterior y recirculado.

Por su parte, la Sección 3 del Documento Básico de Salubridad del CTE (CTE DB HS3) se centra específicamente en la calidad del aire interior en edificios. Este documento proporciona requisitos técnicos detallados para garantizar una adecuada ventilación, control de la humedad y prevención de la contaminación en el interior de los edificios.

El CTE DB HS3 establece valores límite para la concentración de contaminantes en el aire interior y establece pautas para el diseño y la operación de sistemas de ventilación y purificación del aire.

Factores influyen en una mala calidad del aire en el interior

Hay varias fuentes de contaminantes que pueden afectar la calidad del aire interior. Entre ellas se incluyen:

  1. Contaminantes del aire interior: estos pueden incluir compuestos orgánicos volátiles (COV) liberados por productos de limpieza, pinturas, muebles y materiales de construcción; humo de tabaco; gases de combustión de estufas y chimeneas; y partículas suspendidas en el aire como polvo y polen.
  2. Humedad excesiva o insuficiente: los niveles de humedad incorrectos pueden promover el crecimiento de moho y ácaros del polvo, que pueden desencadenar problemas respiratorios y alergias.
  3. Ventilación inadecuada: una ventilación insuficiente puede permitir que los contaminantes se acumulen en el interior, mientras que una ventilación adecuada ayuda a mantener un flujo constante de aire fresco y a reducir la concentración de contaminantes.

Medidas para mejorar la calidad del aire interior

Hay varias medidas que se pueden tomar para mejorar la calidad del aire interior y reducir el riesgo de transmisión de enfermedades respiratorias, incluido la COVID-19:

  1. Ventilación adecuada: asegurarse de que los espacios estén bien ventilados es fundamental. Esto puede implicar la instalación de sistemas de ventilación mecánica o simplemente abrir ventanas y puertas para permitir la circulación de aire fresco.
  2. Control de fuentes de contaminación: reducir o eliminar las fuentes de contaminantes en interiores puede mejorar significativamente la calidad del aire. Usar productos de limpieza ecológicos, mantener las áreas bien ventiladas al cocinar y evitar fumar en interiores son algunas medidas importantes.
  3. Mantenimiento regular: realizar un mantenimiento regular de los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC), así como de los electrodomésticos que puedan emitir contaminantes, puede ayudar a garantizar su funcionamiento eficiente y reducir la liberación de contaminantes.
  4. Control de la humedad: mantener niveles de humedad adecuados, generalmente entre el 30% y el 50%, puede ayudar a prevenir la proliferación de moho y ácaros del polvo. El uso de deshumidificadores o humidificadores según sea necesario puede ayudar a mantener un equilibrio adecuado.
  5. Filtración de aire: considerar la instalación de purificadores de aire o filtros de aire de alta eficiencia en sistemas HVAC puede ayudar a atrapar contaminantes y mejorar la calidad del aire interior.

Como hemos visto, la calidad del aire interior es un factor muy importante que influye en nuestra salud y bienestar. Tomar medidas para mejorar la CAI en nuestros hogares, lugares de trabajo y otros espacios interiores puede tener un impacto positivo significativo en nuestra calidad de vida.