¿Se están realizando de forma correcta las certificaciones energéticas de viviendas? 

Certificación a distancia, incorrecta identificación de los sistemas de producción de calor y frío de la vivienda, falta de consejos concretos para reducir el consumo energético…

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denuncia en una nota de prensa que ha observado diferentes deficiencias en la realización de la certificación energética. Obligatoria, no lo olvidemos, para alquilar o vender una vivienda, e imprescindible para acceder a ayudas destinadas a la mejora de la eficiencia de los hogares, así como para aprovechar deducciones fiscales.

Tras analizar el trabajo de 15 profesionales en dos viviendas tipo, la OCU observó todo tipo de deficiencias. “Para empezar -indican desde la organización-, uno de los profesionales a los que se acudió ni siquiera visitó la vivienda y basó su certificación en un formulario enviado al propietario, que podría rellenar a su conveniencia. Una práctica ilegal y más extendida de lo que pudiera parecer: hasta el 11% de los profesionales consultados previamente por teléfono accedían a certificar sin acudir al domicilio”.

Otra deficiencia, más habitual, es la incorrecta identificación de los sistemas de producción de calor y frío de la casa. “Uno de cada dos profesionales -señalan- no supo reconocer que el sistema multisplit de aire acondicionado de una de las viviendas tenía bomba de calor y por lo tanto también podía generar calor durante el invierno; y varios de ellos confundieron el tipo de caldera. Errores básicos que influyeron decisivamente en la valoración final de la etiqueta energética, que varió para una misma vivienda según el profesional contratado. Pero que también influyeron en los consejos de mejora de eficiencia para la vivienda visitada, igualmente obligatorios”.

La OCU también detectó grandes diferencias de precios en un estudio paralelo realizado en 25 ciudades para la realización de una certificación energética. Dentro de la misma localidad, pero también entre ciudades: frente a un precio medio inferior a los 90 euros en Santa Cruz de Tenerife y Sevilla, el coste supera los 150 euros en Bilbao, Burgos y Ávila.