¿Cuáles son las motivaciones para ser instalador profesional?

En alguna ocasión hemos abordado en este blog uno de los retos a los que se enfrenta actualmente el sector en España: La falta de nuevos profesionales instaladores. Los datos no engañan y lo cierto es que hoy las empresas del sector de la fontanería, calefacción, climatización, electricidad, telecomunicaciones y energías renovables necesitan técnicos de cualificación intermedia. Y la demanda de nuevos profesionales crecerá a corto y medio plazo.

Conocer cuáles son las causas, entender las motivaciones que llevan a un estudiante a entrar en el sector, cuál es la visión -tanto de los que están en activo como de los futuros instaladores- de la profesión o cuáles son las dificultades para incorporarse a la actividad profesional son las cuestiones que pone encima de la mesa el estudio “Nuevos profesionales instaladores”, que ha sido realizado por las asociaciones Agremia, Asemiet, El Gremi d’Instal.ladors de Barcelona, ePyme, Instagi y la empresa Telematel.

446 jóvenes instaladores en proceso de formación y 342 profesionales consolidados con años de experiencia en el sector han participado en la elaboración de este estudio que, de forma esquematizada, arroja las siguientes conclusiones:

– Profesionales y estudiantes no tienen la misma visión de la profesión.

– Estudiantes y profesionales coinciden en que la profesión tiene buenas salidas profesionales, pero…

– Los estudiantes, a pesar de que hayan elegido estudiar esta salida profesional, siguen sin conocer la profesión.

– Las fuentes (el origen) de nuevos profesionales no ha cambiado en los últimos 20 años.

– Encontrar (y fichar) a un nuevo profesional es complicado (pero no imposible).

¿Cuál es la visión que se tiene de la profesión?

Profesionales y estudiantes no tienen la misma visión de la profesión. Mientras que el 82% de los profesionales, aunque reconocen que cuenta con buenas salidas profesionales, creen que es muy exigente en cuanto a trabajo y que no está bien remunerada. Por su parte, el 76% de los estudiantes encuestados piensa que tiene buenas salidas, el 70% que es una profesión interesante, de alta cualificación y que implica tener trabajos muy variados. Un hecho destacable es que, en su mayoría, los estudiantes reconocen que es una profesión que requiere esfuerzo, pero valoran la autonomía de decisión y permite la posibilidad de montar una empresa propia a futuro.

Los profesionales más experimentados coinciden en que la profesión ofrece opciones en cuanto a autonomía y el negocio propio, pero con baja remuneración. Sobre todo, aquellos profesionales autónomos con personas a su cargo.

Conocimiento e imagen de la profesión

Uno de los datos que más sorprenden del estudio es que los estudiantes conocen muy poco de la profesión: solo cuatro de cada diez declaran conocer bien la profesión a pesar de estar todavía en periodo de formación. Algo que puede deberse a factores diversos:

– Estar todavía en proceso de aprendizaje y carecer de conocimiento de muchas áreas.

– A que el progreso técnico de la profesión marca la necesidad de formarse permanentemente.

– A que falta una idea clara y concreta sobre la profesión.

En cuanto al imagen de la profesión, los profesionales consideran que no tiene una buena imagen. Algo que puede ser achacable a la falta de una identidad propia que conlleve un reconocimiento social, lo que ayudaría a solventar otros retos como los niveles de remuneración, una capacidad reconocida de prescripción sobre el cliente o la tolerancia cero al intrusismo profesional.

¿Cuál es el origen de los nuevos profesionales?

La mayor parte de los estudiantes señalan que conocieron la profesión porque les gustaba o, ya de forma muy secundaria, porque les informó un familiar o conocido. En este sentido, parece reafirmarse que la cercanía a la profesión es imprescindible, dado que no goza de “imagen pública de prestigio”.

No son motivos muy diferentes a los que señalan los profesionales en activo, cuando hace 20 años decidieron dedicarse a ello (familiares o conocidos y porque me gustaba la profesión), pero a la inversa: hoy el candidato a entrar debe ser seducido. Hoy existen alternativas también atractivas para los estudiantes, por lo que ven con buenos ojos esperar más tiempo a entrar en una profesión, lo que dilata la edad de entrada.

Lo que es claro es que, en una profesión sin una buena imagen pública o una identidad clara, la cercanía es la que permite que se conozca y que genere interés. Por otro lado, lo positivo es que hoy los jóvenes señalan que el principal motivo es el entusiasmo por la profesión lo que más le atrae para tomar la decisión. Incrementar la visibilidad y la imagen de la profesión es, por tanto, uno de los retos del sector para atraer a más jóvenes.

Encontrar nuevos profesionales: complicado, pero no imposible

Fichar a un nuevo profesional joven es complicado, pero no imposible. Sin embargo, es una tarea ardua según los datos que se derivan del estudio: el 87% de las empresas indica que es un proceso difícil o bastante difícil. Así, de las empresas del sector que tenían necesidad de contratar nuevos profesionales, solo un 8% logró su incorporación en el primer mes desde que iniciaron la búsqueda. La mayoría, un 46%, lo consiguió antes de los tres meses.

Algo más difícil es para los empleadores autónomos. Del 46% que confirmó que había buscado incorporar un nuevo empleado en el último año, más de la mitad no lo pudo hacer antes de tres meses, un 71% no lo hizo antes de seis meses y un 14% tardó más de un año o no lo ha encontrado.

Además de disponer de tiempo para llevar a cabo estas gestiones (que no sobra en el caso de las empresas pequeñas o empleadores autónomos) o de la dificultad de encontrar un perfil de candidato adecuado, quizá otra razón sea las perspectivas que tienen los estudiantes para cuando finalicen su formación: un 56% desea poder trabajar en las instalaciones de una empresa, un 36% espera seguir estudiando y solo un 5% espera trabajar por cuenta propia.