Objetivo: Reducir el consumo final de energía en un 11,7% en 2030 

Con el objetivo de cumplir con la aplicación del principio “primero, la eficiencia energética”, el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea han adoptado oficialmente el texto revisado de la Directiva de Eficiencia Energética (EED).

Aunque los estados miembros tendrán flexibilidad para alcanzarlo, el objetivo es reducir el consumo final de energía a nivel de la UE en un 11,7% en 2030, en comparación con las previsiones de consumo de energía para ese año realizadas en 2020

Tras la adopción de la Directiva por parte del Consejo de la Unión Europea, los próximos pasos pasan por su publicación en el Diario Oficial de la UE, su entrada en vigor 20 días después y la transposición por parte de los estados miembros durante un plazo de dos años. En el caso que nos afecta, España incluirá las modificaciones pertinentes en el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) y el Código Técnico de la Edificación (CTE).

¿Por qué la revisión de la norma?

Desde su entrada en vigor, la Directiva de Eficiencia Energética ha contribuido a ahorrar casi un tercio de energía en comparación con las previsiones de consumo para 2030 realizadas en 2007.

Sin embargo, tal como avanza el Consejo de Europa en un comunicado, “teniendo en cuenta su compromiso de reducir al menos en un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030, la UE tiene que volverse mucho más eficiente en el consumo de energía, por lo que es necesaria también una revisión de la actual normativa”.

De forma resumida (tal como se puede ver también en esta infografía), el ahorro de energía es la solución más rentable para un sistema energético más respetuoso con el medio ambiente y contribuye a que se alcance la neutralidad climática.

¿Qué supone reducir el consumo de energía? Básicamente, menos emisiones de gases de efecto invernadero; menos contaminación; disponer de una energía más asequible para los ciudadanos; y conseguir una menor dependencia de la importación de combustibles fósiles.

Un objetivo de eficiencia más estricto

Con la adopción de las nuevas normas se establece un objetivo de eficiencia más estricto, y supone una auto obligación por parte de la Unión Europea de reducir su consumo final de energía (que es la cantidad de energía que consumen los usuarios finales). En cifras: un 11,7% menos en 2030 en el conjunto de la UE, en comparación con las previsiones de consumo de energía para ese año que se establecieron en 2020.

De acuerdo con las cifras facilitadas por el Consejo de Europa, “hasta la fecha la UE ha logrado una reducción media del 29% (en comparación con las estimaciones para 2030 realizadas en 2007). Los objetivos actuales de reducción son del 32,5%, tanto para el consumo primario como para el final. Los nuevos objetivos son reducir un 40,6% para el consumo primario (objetivo indicativo) y un 38% para el consumo final (objetivo obligatorio). Siendo el consumo primario la demanda total de energía y el consumo final la cantidad de energía que consumen realmente los usuarios finales”.

Los estados miembros tendrán que ir incrementando su ahorro energético entre 2024 y 2030: “El ahorro en el consumo final de energía supondrá, de media, un 1,49% del consumo total anual, e irá aumentando hasta el 1,9% de aquí a finales de 2030”.

Cambios más relevantes para el sector

La Confederación Nacional de Instaladores y Mantenedores (CNI) ha hecho un resumen de cómo pueden afectar los cambios que introduce esta norma al sector de los instaladores profesionales. Estos son, al margen de la garantía colectiva de reducir el consumo de energía final un mínimo de un 11,7% en 2023, los puntos más importantes:

La obligación de sustitución de combustibles fósiles permite justificar que la adopción de tecnologías sostenibles de combustibles no fósiles no es técnicamente viable, se ajusta a la legislación de la Unión correspondiente más actual en materia de emisiones y garantiza la compatibilidad futura con las tecnologías y los combustibles no fósiles alternativos.

– Al menos el 3% de la superficie total de los edificios públicos de más de 250 metros cuadrados con calefacción y/o sistema de refrigeración se deberá renovar cada año, de manera que se transformen al menos en edificios de consumo de energía casi nulo o consumo cero.

Adquiere un peso importante la medición, control y verificación en todas las medidas de ahorro y eficiencia energética.

– En cuanto al apartado de cualificación, acreditación y certificación, existirá la obligación por parte de los estados miembros de garantizar suficiente mano de obra cualificada. Los centros de formación están deben estar acreditados de acuerdo con el Reglamento (CE) 765/2008 o aprobados de acuerdo con la legislación o las normas nacionales convergentes.

– Se establecerá una campaña para atraer a más personas a las profesiones de eficiencia energética y una plataforma de acceso para permitir que los países establezcan medidas para garantizar el nivel adecuado de profesionales cualificados. Antes del 31 de diciembre de 2024, y cada cuatro años a partir de entonces, se analizará si los planes garantizan el nivel necesario de competencias y evaluarán la brecha entre los profesionales disponibles y los demandados.

– En calefacción y refrigeración, la nueva legislación promueve planes locales en grandes municipios y ha introducido una nueva definición de calefacción y refrigeración de distrito eficientes.