La venta de chimeneas y estufas de leña aumentará un 40% este año

Los cambios de hábitos provocados por la pandemia -mayor número de horas en casa y la necesidad de actualizar algunos de los elementos del hogar- hizo que en el año 2020 las ventas de estufas y chimeneas de leña aumentara un 20%.

Un incremento que, según la Asociación Española de Fabricantes de Chimeneas y Estufas (AEFECC), se aceleró aún más durante 2021 (aumentando un 30%) debido a la crisis de abastecimiento energético y el alza de los precios de la luz, el gas y el gasoil generada por la distribución del mercado eléctrico y la guerra en Ucrania.

Y para este año, las previsiones son todavía mejores, ya que durante los seis primeros meses aumentaron un 30% con respecto a 2021 y apuntan a una subida de más del 40% al final del ejercicio.

Los beneficios de la leña y el pellet

Además de por la situación de crisis energética actual y por hechos puntuales como puede ser la reducción del IVA de la leña y el pellet al 5%, las razones del aumento de las ventas de chimeneas y estufas de leña hay que buscarlas en los beneficios económicos y ambientales de un combustible como es la leña y el pellet.

En un país como España -señala el presidente de AEFECC, Carlos Oliván-, con más del 50% de superficie de bosque y matorral, tenemos un gran recurso energético desaprovechado: la leña. Su aprovechamiento puede suponer una alternativa importante al consumo de gas y electricidad en los hogares como fuente de suministro de calor para nuestros hogares”.

Además de contribuir a una mayor autonomía y diversificación energética en un momento de crisis energética por la guerra en Ucrania, el uso de la leña como combustible puede contribuir, según Oliván, “a disminuir la carga de vegetación seca e inflamable en nuestros bosques y por tanto ayudar a prevenir incendios. Esto es vital en un contexto de subida de las temperaturas, olas de calor y periodos de sequía prolongados, que hacen que matorrales y vegetación seca de los bosques abandonados sean altamente combustibles”.

Práctica de economía circular

Por otra parte, el uso de calderas y estufas incluso puede constituir una práctica de economía circular, disminuyendo la generación de residuos y el impacto ambiental y generando empleos locales en torno al aprovechamiento de productos forestales no maderables (pequeñas maderas, piñas, púas) y fabricación de pellets. “La evolución técnica de estufas y calderas de leña permiten hacer un uso más eficiente de la misma, reduciendo los impactos ambientales de la combustión e incrementando la eficiencia energética en el almacenaje y la propagación de calor”, pone de manifiesto Oliván.

La biomasa -explica-, favorece la independencia energética, tanto de los países como de los hogares, garantizando una fuente de energía renovable, menos contaminante, en el caso de los nuevos equipos que cumplen la normativa europea de Ecodiseño. Con la nueva normativa en vigor puede haber un ahorro de hasta un 40% en leña y emisiones cercanas al cero”.